Avenue de Gilamont
Un contexto en transformación: El proyecto Gilamont 21 se inscribe en un contexto particular, ya que se trata de un barrio industrial en proceso de transformación en barrio residencial. De hecho, el nuevo edificio ocupa una parcela dedicada originalmente a actividades industriales: el depósito Grisoni Zaugg. El programa se resume en la construcción de 63 viviendas y un aparcamiento subterráneo. Los apartamentos, de diferentes tipos y tamaños, están destinados al alquiler de gama media.
Una implantación en relación con el entorno: Dos elementos muy importantes condicionan y orientan el proyecto: Por un lado, la avenida Gilamont, que se caracteriza por un tráfico denso. Su lado este presenta un frente urbano claramente definido, siguiendo un orden contiguo de construcciones. Por otro lado, el Veveyse, bordeado por una franja arbolada, marca un importante contraste al evocar un carácter paisajístico y sereno. En planta, el edificio describe una forma de «T». La barra norte/sur sigue el eje del Veveyse, tratando de escapar del ruido de la avenida Gilamont, mientras que la barra este/oeste se orienta perpendicularmente a la avenida Gilamont en busca de privacidad. Esta forma urbana ofrece interesantes despejes visuales y espaciales a lo largo de la avenida Gilamont, evitando reforzar el efecto pasillo iniciado por la fachada construida existente. En su relación con la topografía, el edificio se asienta en el terreno disociando el nivel público de entrada del primer nivel de las viviendas. Este dispositivo de acceso confiere un carácter más público a la relación del edificio con la calle, al tiempo que garantiza una gran privacidad a los apartamentos.
Materialidad: Sobrio y refinado, el edificio se inspira en el pasado industrial del lugar. La materialidad deseada y la delicada elección cromática permiten integrar el edificio sin rupturas en el tejido circundante. La envolvente exterior se compone de materiales sencillos (enlucido periférico, balcones y marcos de ventanas de aluminio anodizado colinal), todo ello con acabados cuidados y salpicado de algunos toques de color rojo que crean una cálida armonía. Los perfiles esbeltos y horizontales de aluminio anodizado natural marcan los diferentes niveles y permiten refinar la volumetría general del edificio. Para los acabados interiores se han elegido materiales de calidad, que evocan una forma de domesticidad, alejándose de los códigos habituales y comunes de los edificios de alquiler: hormigón visto y enlucido fino para las paredes, parquet de roble para los suelos. Las instalaciones exteriores ofrecen alrededor del edificio lugares de encuentro acogedores para los residentes, así como zonas de juego para los niños.